CAMINO SORIA (Parte 1º)

 "Voy camino, Soria, Quiero descansar" así era el estribillo del conocido tema de Gabinete Caligari. Y eso es lo que hice yo, ir a Soria a descansar y descubrir sus misterios y leyendas. Leyendas escritas por Gustavo Adolfo Becquer, escritor sevillano que paso una buena temporada por tierras sorianas y donde escribió tres de sus  leyendas. "El Monte de las Ánimas", "Los ojos verdes" y "El rayo de Luna".  Al fondo, tras los arboles esta el monte de las Ánimas.

 Al atardecer, el Duero se prepara para dormir, soñar e imaginar tiempos pasados. Antonio Machado se enamoró no solo de su mujer, Leonor, sino también de estos hermosos paisajes. Duero, hermano gemelo del Ebro. Muy parecidos, pero diferentes a la vez. El Duero pasa por Soria, sigiloso, tranquilo y con calma. Las hojas que caen en sus aguas en otoño, vagan como pequeños barcos en busca de su destino. Te embruja y deseas que el día nunca acabe. En sus orillas, se puede pensar muy bien.

 San Juan de Duero, uno de los sitios que me ha gustado visitar, aunque no es el único. Soria tiene muchos monumentos, y si te gusta el románico es una ciudad perfecta con templos de ese estilo. Este lugar es muy curioso, misterioso e interesante. Su claustro esta compuesto por diferentes arcos de muy diferentes estilos. La iglesia es de una sola nave y es muy sencilla, pero muy interesante, la verdad.

 Mi camino se dirigió hacia San Saturio, una ermita del siglo XVI que esta asentada sobre una cueva. En esta cueva vivió y murió este anacoreta, Saturio (siglo VI). Este lugar es muy enigmático y misterioso, pues fue propiedad de los caballeros templarios. En realidad, esta cueva alberga un dragón. Es una metáfora, pues dicho dragón en realidad es la energía telurica que desprende el lugar. Unos minutos en silencio en la capilla de San Miguel en esta cueva, te hace sentir en otra época, antigua, ancestral. Te renueva.

Antes de llegar a San Saturio, pase por el monasterio de San Polo. Encomienda templaria y actualmente en manos privadas. Desafortunadamente, no permiten visitar este monumento, haciendo así, no cumplir con la Ley de Patrimonio. Es una pena, pues estoy segura que habrá muchas cosas interesantes en su interior. Pero su entorno es muy hermoso y merece pena pasar por allí.